ENTORNO CIENTIFICO TECNOLOGICO

Es un hecho innegable que el estado actual de las sociedades latinoamericanas es resultado de un proceso dialéctico multifactorial, donde las generaciones actuales están comprometidas y deben aportar soluciones viables en el contexto de las restricciones estructurales heredadas, y condicionadas por la adopción de modelos exógenos de desarrollo económico.
Las brechas tecnológicas y el desigual reparto de la riqueza, exigen soluciones donde la creatividad y el deseo de ofrecer modelos y concepciones nuevas deben de surgir de los estudiosos, de las instituciones gubernamentales pero fundamentalmente de la sociedad plural, que en última instancia son los actores y receptores de los resultados.
Las propuestas esperadas, deberán considerar los mecanismos donde la conservación del hábitat es fundamental dándole la dimensión que por su importancia corresponde.
Bajo estas consideraciones el desarrollo económico de los países Latino Americanos deberá buscar no solo el crecimiento económico sino el bienestar social de la población, siempre en el marco de una concepción conservacionista de los recursos y el rescate de su acervo cultural, compromiso de la sociedad actual con las generaciones futuras.
La relación entre la ciencia, tecnología y desarrollo siempre resulta compleja y más aún cuando se analiza en torno a las condiciones de los países en vías de desarrollo, pues adquiere matices singulares aportados por características derivadas de su historia, de su cultura, de sus recursos y hasta de su ubicación geográfica.
Desde ya varias décadas atrás, los avances científicos y tecnológicos revolucionan al mundo a una velocidad acelerada. Los márgenes del conocimiento se presentan cada vez más distantes de los parámetros culturales del ciudadano común, especialmente entre aquellos pueblos o sectores desfavorecidos.
No obstante, una vez que las bondades de la ciencia y la tecnología llegan a manos de las naciones, éstas asimilan rápidamente sus ventajas y comodidades. La tecnología aplicada y socializada puede o no, convertirse en un agente de cambio, en un factor que facilite el desarrollo económico de un país, entendiéndolo como la suma de crecimiento económico y el bienestar social de todos sus habitantes.
Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los países subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día la diferencia entre estos países se hace más grande contribuyendo a profundizar la dependencia de los países subdesarrollados con respecto a los desarrollados.
Talvez el fracaso de los países latinoamericanos de desarrollar sus esquemas propios de desarrollo científico tecnológico radique en la falta de criterios unificadores y motivaciones de tipo circunstancial, ideológicos y personales, o en el escaso presupuesto destinado a la investigación y difusión de la misma, generado en un marco estructural que simultáneamente des-estimula toda actividad de investigación y propicia la utilización de opciones tecnológicas extranjeras, dadas las facilidades que otorga la globalidad, sacrificando la opción de independencia y generación de soluciones alternativas que pueden preservar su patrimonio nacional.
La globalización tecnológica abre nuevas oportunidades para los países subdesarrollados, tales como la mayor flexibilidad de las actividades productivas acompañadas de un nuevo enfoque del mercado interno, que supera los problemas tradicionales de estrechez de mercados, generando una nueva configuración productiva más específica y por tanto más adecuada a las necesidades de estos países. Asimismo, al hacer más difusa las fronteras entre los principales sectores productivos, es factible redefinir favorablemente la dinámica de los procesos de industrialización, a través de la constitución de complejos productivos a partir de los recursos naturales.
Sin embargo, esto no debe llevar a reducir las realidades nacionales y locales a la lógica mundial, sin tener en cuenta las particularidades de cada espacio, lo cual es imposible comprender también, fuera del contexto de una inserción en la economía mundial. En ello resulta necesario tomar en cuenta las estructuras regionales y políticas que viabilicen la unidad de lo diverso según las particularidades regionales y territoriales, ya que lo nacional de un país puede ser lo específico de un territorio de otro país y viceversa.

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