ENTORNO JURIDICO POLITICO

Debemos recordar que el entorno juridico politico con el entorno social estan muy de la mano para esto especifiquemos en que consiste cada uno de estos.
ENTORNO SOCIAL
El entorno social de un sujeto está formado por sus condiciones de vida y de trabajo que ha cursado, su nivel de ingresos y la comunidad de la que forme parte. Cada uno de estos factores influye en la salud del individuo: por eso, a nivel global, las diferencias entre los entornos sociales de los distintos países crean disparidades en materia de salud.
De esta forma, la esperanza de vida y los índices de enfermedad varían de acuerdo a la educación que ha recibido la persona, el tipo de trabajo que realiza y los ingresos que percibe mes a mes.
Los organismos gubernamentales suelen elaborar diversos planes para mejorar el entorno social (es decir, para propiciar las condiciones adecuadas para el integro desarrollo del sujeto). Entre los objetivos que se proponen este tipo de iniciativas, se encuentran la creación de puestos de empleo, la mejora de la calidad y la seguridad en el entorno laboral, la masificación del acceso a las prestaciones sociales y el aumento de la financiación para asistir a las regiones más pobres.

ENTORNO POLÍTICO
Para explicar el entorno político de Colombia, encontramos testimonio en el Plan Estratégico de Desarrollo DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE 2005 - 2015
Colombia es un país importante en el contexto global por su dotación de factores (posición geoestratégica, territorio, tamaño poblacional, biodiversidad, calidad de su talento humano). Comparado con otros países de América Latina, su trayectoria estratégica a lo largo del siglo XX mostró progreso socioeconómico y desarrollo institucional. Los indicadores de necesidades básicas insatisfechas mejoraron hasta bien entrados los años noventa, si bien este proceso de desarrollo surgía en medio de graves problemas sociales como la violencia, el narcotráfico y la exclusión social.

En forma paralela al fuerte cambio del entorno internacional, el país comenzó a transformarse en forma acelerada. En los últimos quince años Colombia ha pasado de un lento ritmo de cambio de baja complejidad a un cambio acelerado muy complejo. Las reformas impulsadas desde principios de los años noventa intentaron un ajuste estructural de la economía y un proceso de reforma del Estado con miras a adecuar las instituciones a la nueva Constitución de 1991 y crear un nuevo marco de políticas públicas. De esta forma se generó un cambio institucional de gran magnitud pero sus resultados demuestran un proceso de crecimiento económico limitado, un alto desempleo, un amenazante déficit fiscal del Estado y un incremento sustantivo de las brechas sociales. El crecimiento económico sostenido de aproximadamente 4% desde la segunda guerra mundial no ha sido suficiente para satisfacer las necesidades de la sociedad y para producir una transformación significativa de la estructura productiva, en la cual Colombia avance hacia sectores dinámicos en el comercio internacional, basados en conocimiento y valor agregado. Este hecho se traduce en el retroceso o el estancamiento del país en importantes indicadores internacionales como el Indice de Desarrollo Humano que elabora el Plan Naciones Unidas para el Desarrollo y el ranking del Reporte Mundial de Competitividad.

La productividad del país también se ve fuertemente afectado por el conflicto social y político. En efecto, la guerra en Colombia representa uno de los conflictos más graves del hemisferio occidental, medido en número de víctimas, violaciones a los derechos humanos, secuestros de civiles, desplazamientos y desapariciones forzosas. La violencia, el narcotráfico y la corrupción han producido una escala de valores que favorece el enriquecimiento ilícito y el aprovechamiento de los bienes públicos (justicia, ciencia, educación, infraestructura) a favor de los intereses particulares. Esta dinámica social genera una inmensa pérdida de riqueza, de suerte que la esperanza de vida de la población ha descendido cerca de seis años y los costos materiales ascienden a varios puntos del Producto Interno Bruto.

Colombia es un país en plena transformación demográfica, ambiental y cultural. La tasa de crecimiento de la población y la tasa de fecundidad relativamente altas le convierten en uno de los países de mayor desarrollo relativo de América Latina. La población económicamente activa tiende a aumentar progresivamente, de modo que crece la población joven que demanda servicios de educación y empleo. Otro fenómeno demográfico con gran importancia es la tendencia al envejecimiento de la población, o el crecimiento del número absoluto y la proporción de personas mayores de sesenta años, de lo cual se desprende la necesidad de crear infraestructuras de servicios de salud, educación, cultura y entretenimiento adecuadas a las nuevas demandas, así como también una provisión mayor de seguridad social y bienestar. De otra parte, el patrón de la distribución regional de la población se mantiene constante pero sostenido. La actividad productiva del país se mantiene concentrada en el llamado “Trapecio Andino” y las tendencias actuales muestran la conformación de un mapa con nuevas escalas de urbanización en el país. Ha aumentado el tamaño medio urbano y ha crecido la importancia de las ciudades intermedias y los centros subregionales, lo cual conlleva un mayor deterioro Ambiental y de los ecosistemas estratégicos, afectando fuertemente la dotación de recursos naturales de trascendental importancia geopolítica como la biodiversidad y el recurso hídrico.

Así mismo en Colombia se vive una profunda transformación de los valores y el imaginario colectivo, debido al entrecruzamiento de diversas dinámicas de la modernización y la globalización, y la superposición de valores urbanos y rurales, locales y globales. El resultado más visible es un proceso creciente de hibridación, mediante el cual las prácticas sociales existentes se recombinan formando códigos culturales diversos y heterogéneos, influyendo en la confusa estructuración de las identidades tradicionales, de base territorial, así como en las identidades modernas y postmodernas, de carácter transterritorial, la cual se manifiesta en la generalización de valores postmodernos en la juventud (individualismo, hedonismo, pragmatismo, narcisismo, cosmovisiones fragmentadas, pérdida de sentido, fugacidad).

En síntesis, Colombia se encuentra así en un momento de cambio de los actores, las instituciones, los códigos culturales y las infraestructuras. Se encuentra en una transición de modelos de desarrollo pero los objetivos de política pública se han conseguido apenas parcialmente o no han surtido los efectos esperados. Así las cosas, el país se halla en un momento decisivo, en el cual puede caer en un círculo vicioso de entropía social y organizativa, una espiral negativa de acumulación de crisis, o reorganizarse y construir alternativas que satisfagan las aspiraciones de paz, bienestar y progreso de la ciudadanía.



ENTORNO SOCIODEMOGRAFICO, CULTURAL Y ECOLÓGICO


Es necesario mirar por un momento dónde estamos como humanidad hoy en términos paradigmáticos. Detenernos a observar cuál ha sido la manera en que hemos comprendido al mundo y desde dónde actualmente lo comprendemos. Y cómo estas visiones han afectado la forma en que nuestra sociedad se ha educado y ha actuado.
Desde hace medio siglo esta visión se ha ido transformando, desde una visión fragmentada y separada del mundo, a una nueva visión orgánica del mundo, no separada, comprendiendo el mundo de manera sistémica, más amplia, integral y holística, desde la célula hasta el universo.
Desde esta nueva visión, las respuestas a la crisis socioeconómica ambiental dependen cada vez más, de nuestra capacidad de entender al planeta como un sistema vivo, y de nuestra capacidad de desarrollar nuestras relaciones e interacciones humanas. Es en este cambio de paradigma, donde la educación juega un rol importante, pues romper la visión fragmentada del mundo y separada de las cosas en la que vivimos como humanidad, y trabajar consigo mismo la educación de nuestras emociones, harían inevitable cambiar nuestra manera de vivir, de educarnos, de cuidarnos, cooperando con el ecosistema y nuestro planeta de manera sostenible, garantizando así una calidad de vida para las actuales y futuras generaciones.

ENTORNO CIENTIFICO TECNOLOGICO

Es un hecho innegable que el estado actual de las sociedades latinoamericanas es resultado de un proceso dialéctico multifactorial, donde las generaciones actuales están comprometidas y deben aportar soluciones viables en el contexto de las restricciones estructurales heredadas, y condicionadas por la adopción de modelos exógenos de desarrollo económico.
Las brechas tecnológicas y el desigual reparto de la riqueza, exigen soluciones donde la creatividad y el deseo de ofrecer modelos y concepciones nuevas deben de surgir de los estudiosos, de las instituciones gubernamentales pero fundamentalmente de la sociedad plural, que en última instancia son los actores y receptores de los resultados.
Las propuestas esperadas, deberán considerar los mecanismos donde la conservación del hábitat es fundamental dándole la dimensión que por su importancia corresponde.
Bajo estas consideraciones el desarrollo económico de los países Latino Americanos deberá buscar no solo el crecimiento económico sino el bienestar social de la población, siempre en el marco de una concepción conservacionista de los recursos y el rescate de su acervo cultural, compromiso de la sociedad actual con las generaciones futuras.
La relación entre la ciencia, tecnología y desarrollo siempre resulta compleja y más aún cuando se analiza en torno a las condiciones de los países en vías de desarrollo, pues adquiere matices singulares aportados por características derivadas de su historia, de su cultura, de sus recursos y hasta de su ubicación geográfica.
Desde ya varias décadas atrás, los avances científicos y tecnológicos revolucionan al mundo a una velocidad acelerada. Los márgenes del conocimiento se presentan cada vez más distantes de los parámetros culturales del ciudadano común, especialmente entre aquellos pueblos o sectores desfavorecidos.
No obstante, una vez que las bondades de la ciencia y la tecnología llegan a manos de las naciones, éstas asimilan rápidamente sus ventajas y comodidades. La tecnología aplicada y socializada puede o no, convertirse en un agente de cambio, en un factor que facilite el desarrollo económico de un país, entendiéndolo como la suma de crecimiento económico y el bienestar social de todos sus habitantes.
Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los países subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día la diferencia entre estos países se hace más grande contribuyendo a profundizar la dependencia de los países subdesarrollados con respecto a los desarrollados.
Talvez el fracaso de los países latinoamericanos de desarrollar sus esquemas propios de desarrollo científico tecnológico radique en la falta de criterios unificadores y motivaciones de tipo circunstancial, ideológicos y personales, o en el escaso presupuesto destinado a la investigación y difusión de la misma, generado en un marco estructural que simultáneamente des-estimula toda actividad de investigación y propicia la utilización de opciones tecnológicas extranjeras, dadas las facilidades que otorga la globalidad, sacrificando la opción de independencia y generación de soluciones alternativas que pueden preservar su patrimonio nacional.
La globalización tecnológica abre nuevas oportunidades para los países subdesarrollados, tales como la mayor flexibilidad de las actividades productivas acompañadas de un nuevo enfoque del mercado interno, que supera los problemas tradicionales de estrechez de mercados, generando una nueva configuración productiva más específica y por tanto más adecuada a las necesidades de estos países. Asimismo, al hacer más difusa las fronteras entre los principales sectores productivos, es factible redefinir favorablemente la dinámica de los procesos de industrialización, a través de la constitución de complejos productivos a partir de los recursos naturales.
Sin embargo, esto no debe llevar a reducir las realidades nacionales y locales a la lógica mundial, sin tener en cuenta las particularidades de cada espacio, lo cual es imposible comprender también, fuera del contexto de una inserción en la economía mundial. En ello resulta necesario tomar en cuenta las estructuras regionales y políticas que viabilicen la unidad de lo diverso según las particularidades regionales y territoriales, ya que lo nacional de un país puede ser lo específico de un territorio de otro país y viceversa.

ENTORNO ECONOMICO

El mundo se está recuperando de una de las peores crisis capitalistas de los últimos años, Estados Unidos (EE.UU.) cede el liderazgo poco a poco a países como China, que se ha convertido en la nueva potencia mundial y está a un paso de desplazar al gigante del Norte de América.
Pero a pesar de que esta crisis afectó a casi todo el mundo, los países de América Latina, excepto México cuya economía era demasiado dependiente a la de EE.UU., han logrado una recuperación más rápida.
Con esto y con el escarmiento de la crisis, se empiezan a mirar otros caminos, México comienza ha negociar con Sur América para dejar su dependencia con EE.UU. y Brasil se ha vuelto protagonista a escala mundial.
Otros países latinoamericanos buscan y ya lograron Tratados de Libre Comercio con China y la Unión Europea. Todo indica que China y su mano de obra mucho más barata será la que guiará la recuperación económica mundial.
Igualmente, los mercados emergentes son el nuevo pulmón de crecimiento.
Veamos de la pluma del premio nobel de economía 2001 la percepción del entorno económico a nivel mundial.
Es fácil ver por qué algunos políticos esperan que unos tipos de cambio favorables puedan volver a poner de nuevo en marcha la economía de EEUU. En medio de crecientes temores de un estancamiento a la japonesa, las demás opciones o no se toman en consideración o lo más probable es que sean ineficaces. La parálisis política y el endeudamiento galopante actúan como freno de una segunda tanda de estímulos eficaces y la política monetaria no ha reanimado la inversión. Sin embargo, debilitar el dólar para impulsar las exportaciones es una estrategia arriesgada. Podría dar lugar a una volatilidad del tipo de cambio y a proteccionismo; peor aún, invita a una respuesta de los competidores. En este frágil entorno económico mundial, los miembros del G-20 que se reúnen hoy y mañana en Seúl saben que una guerra de divisas sólo conseguirá que todo el mundo salga perdiendo.
Afortunadamente, hay alternativa. Sería mucho más eficaz una cooperación mundial basada en políticas de reformas estructurales que fomenten el crecimiento, en estímulos económicos y en cambios institucionales a largo plazo en el sistema monetario mundial.
Conocemos los peligros de una devaluación porque ya hemos pasado antes por eso. En la década de los 30, la política de empobrecer al vecino prolongó la Gran Depresión. En tiempos más normales, EEUU quizás tenía capacidad de hacer que otras monedas se apreciaran frente al dólar (y ayudar así a abaratar las exportaciones norteamericanas) por el procedimiento de mantener las tasas de interés bajas y de abrir sin freno la espita de la liquidez. Ahora bien, otros, sobre todo China, han indicado que no van a seguirles el juego.
EEUU debe pensar en otras vías. La historia ha de tomarse en plan instructivo. Hace 40 años, las medidas unilaterales tomadas por EEUU llevaron al colapso del sistema de Bretton Woods y a la adopción del régimen de tipo variable de cambio. El mundo se encuentra en estos momentos a punto de pasar a otro régimen de tipos controlados de cambio y de mercados fragmentados de capital. Este régimen no es el resultado de deliberaciones exhaustivas sobre qué sistema sería el que mejor servicio preste a todos. Más bien es la consecuencia de que algunos países están adoptando medidas que creen que favorecen sus propios intereses, sin tener en cuenta a otros que hacen lo que deben para protegerse a sí mismos.
La política monetaria de EEUU fue responsable, en gran medida, de la década perdida de América Latina, porque la subida de los tipos de interés, sin precedentes, provocó la crisis de la deuda a principios de los años 80. Así también, la política monetaria estadounidense fue responsable, en gran medida, de la burbuja cuya explosión ha llevado a la recesión mundial.
Washington se ha embarcado de nuevo en estos momentos en un comportamiento que corre el riesgo de poner en peligro la estabilidad mundial. Lo irónico del caso es que EEUU está beneficiándose poco de la marea de liquidez que ha provocado. Los tipos bajos de interés no prendieron la chispa de la inversión en factorías y equipos en la recesión de 2001, y no es probable que la prendan ahora. Sin embargo, esa política está teniendo su efecto en otros países, puesto que con el dinero barato escruta todo el mundo en busca de las mejores oportunidades y las encuentra en los mercados emergentes. Conocemos los estragos que pueden derivarse de esta política porque este dinero circula continuamente de un sitio a otro.
Los cambios repentinos y de gran calado de los tipos de cambio pueden tener efectos devastadores, especialmente en los países en desarrollo, porque las empresas se ven obligadas a ir a la quiebra. Los países en desarrollo han sido el motor del crecimiento mundial y cambios de esta naturaleza podrían destruir toda esperanza de una rápida recuperación global.
Mientras que para el mundo están claros los costes de las devaluaciones con intención de competir, los beneficios posiblemente sean ilusorios. China hace bien al subrayar que el ajuste de su tipo de cambio va a contribuir muy poco a corregir el déficit del comercio multilateral norteamericano (EEUU simplemente importará prendas de vestir y tejidos de otros países en desarrollo). De hecho, el déficit comercial podría agravarse a corto plazo, incluso aunque otros países también ajustaran sus tipos de cambio, porque EEUU tendría que pagar más (en dólares) por lo que importa.
En la actualidad, cada país persigue sus propios intereses. EEUU está preocupado por el desempleo. China tiene la preocupación de que una apreciación importante de su moneda cause trastornos económicos en el país (salvo que se recupere el crecimiento global). Si seguimos por esta vía, las economías emergentes, amenazadas por una avalancha de capital, tenderán a protegerse mediante impuestos, controles al capital, regulaciones e intervenciones directas (como lo han venido haciendo cada vez más). A medida que más países recurran a intervenir para mitigar las consecuencias de una expansión monetaria desenfrenada (en EEUU y, quizás, en otros países industriales avanzados), los que tratan de conservar la fe en los tipos de cambio determinados por el mercado van a sentir una presión cada vez mayor. Al final, la noción de unos tipos de cambio determinados por el mercado parecerá tan arcaica como Bretton Woods. El resultado será un mercado financiero mundial cada vez más fragmentado, con el efecto añadido casi inevitable de una caída en el proteccionismo.
La respuesta a esta situación de aparente estancamiento es simple: recupérese el crecimiento mundial y de ahí derivará de forma natural la apreciación de la moneda. Restablecer el crecimiento requiere que todos los gobiernos que tienen capacidad para aumentar la demanda agregada lo hagan así. EEUU tiene una responsabilidad especial, tanto por su culpa en la generación de la crisis mundial como por su capacidad de pedir prestado a tipos bajos de interés, una ventaja derivada en parte de su condición de moneda de reserva de facto. Ha llegado el momento de que EEUU acometa las inversiones de alta productividad que necesita. Invertir en cosas como el ferrocarril de alta velocidad y tecnologías verdes mejoraría de hecho el balance norteamericano. Un mayor crecimiento generaría mayores ingresos fiscales y llevaría a aminorar la deuda pública a largo plazo. Medidas de este tipo no sólo ayudarían a EEUU sino que también tendrían magníficos efectos positivos tanto a corto plazo (gracias a un mayor crecimiento) como a largo plazo (gracias a las mejoras tecnológicas) para el resto del mundo.
Tanto EEUU como China necesitan cambios estructurales, no sólo un reajuste de los tipos de cambio. Incluso a corto plazo, es mucho lo que podrían hacer para contribuir a la demanda agregada global: aumentar los salarios, por ejemplo. En ambos países, los ingresos medios por hogar no se han acompasado al ritmo del crecimiento (¡en la actualidad, la renta media de los norteamericanos es menor de la que era en 1997!).
AMBOS PAÍSES necesitan inversiones para adaptarse al recalentamiento del planeta. Ambos países necesitan aumentar el gasto público en educación y en sanidad para los más desfavorecidos. Ambos países tienen que encontrar fórmulas mejores de asignación de su capital. Los mercados financieros norteamericanos han demostrado una notable incapacidad para canalizar los ahorros de manera productiva. China no puede seguir generando excedentes de capacidad de fabricación. Necesita encontrar formas de reciclar sus gigantescos ahorros, por ejemplo, en inversiones en urbanización dentro del propio país, en inversiones en los países en desarrollo con mano de obra excedente y en ayudas a otros países a hacer frente al problema del recalentamiento del planeta.
Esta alternativa se basa en la cooperación (compromisos mutuos en un aumento de la fiscalidad, en reformas estructurales y en la corrección de los desequilibrios comerciales de todos los países, no sólo de China). Para algunos países, los reajustes del tipo de cambio formarán parte de la alternativa; para otros, es posible que no. Sin embargo, cada país determinará la mejor manera de alcanzar los objetivos acordados, teniendo debidamente en cuenta las consecuencias indirectas, tanto negativas como positivas.
En este planteamiento de cooperación, será fundamental un nuevo sistema mundial de reservas o una generalización del dinero del FMI (los llamados derechos especiales de giro, o DEG). Con un sistema de este tipo, no será ya necesario que los países pobres tengan que inmovilizar cientos de miles de millones de dólares para protegerse de la volatilidad global, y ese dinero se sumaría a la demanda agregada mundial.
Es cierto que, con este sistema, EEUU ya no se beneficiaría del coste extraordinariamente bajo que deriva de ser el acuñador de la moneda de reserva mundial más importante. Ahora bien, el sistema actual es una anomalía. El mundo se encuentra en una coyuntura crítica. El camino que ha emprendido a día de hoy está marcado por una inestabilidad permanente y un crecimiento anémico. El camino de cooperación es mejor para todos. Es, de hecho, la única manera de lograr reducciones importantes de los desequilibrios globales y de devolver al mundo a la senda de un sólido crecimiento.


ENFOQUE PROSPECTIVO

En muchas ocasiones quienes piensan en el futuro se sienten comprometidos con su modelación y su construcción diaria. De alguna manera, gran parte de los investigadores orientados a estudiar los futuros posibles están convencidos de que su relevamiento supone una herramienta indudable para moldear los caminos y los horizontes del porvenir.


La complejidad de las sociedades presentes y las consecuencias de todas las acciones que desarrollan los hombres y las instituciones plantean desafíos acerca de cómo se construye el futuro a través de las acciones presentes. Los estudios que tienen por objeto develar los futuros posibles no solo están comprometidos con el devenir sino que intentan conocer los procesos posibles que puedan llevar hacia determinados futuros deseables, no como manera de "imponer" valores o "gustos" de quienes llevan a cabo los estudios sino como herramientas para detectar cuáles son los caminos críticos y los elementos decisivos que permiten la apertura de unos u otros futuros. De hecho, uno de los beneficios indudables de estos ejercicios es la rutina creativa que implican y exigen.
Para la nueva economía implica una articulación globalizada cada vez más estrecha y por lo tanto más dinámica. En este marco la estipulación de escenarios aparece como una necesidad indudable ante el dinamismo que imprime la circulación de saberes, productos e informaciones. Una economía basada en conocimiento, volatiliza las fronteras ante la amplia difusión que caracteriza a la ciencia. De ahí que la escenificación de futuros científicos alternativos (potencialmente aplicables en términos tecnológicos y productivos) implique una actividad regular por parte de las corporaciones interesadas en sobrevivir a las cambiantes dinámicas de los mercados. La estipulación de escenarios requiere cada vez más de prospectivas que articulen no solo la dinámica de los mercados sino también la planificación estratégica del mundo académico, cada vez más vinculado a la producción: en un mundo complejizado por redes y empresas globales, las oportunidades, los peligros y los desafíos aparecen más contingentes y por lo tanto más necesariamente tratables en términos prospectivos.
Recordemos que gran parte de los estudios sobre futuro en educación se articulan con las problemáticas del trabajo, las tecnologías de difusión de conocimientos e incluso la demografía. En lo que respecta al "desarrollo socio-económico" muchas de las prospectivas educativas se han focalizado tanto en el horizonte de los sistemas educativos, tanto primarios, secundarios o universitarios y al mismo tiempo se han ocupado de la vinculación entre la educación, la empresa y el lugar del conocimiento y la ciencia en la competitividad.

ESCENARIO INTERNACIONAL Y NACIONAL


Un esfuerzo profundo y sincero por construir escenarios de futuro para el país, que, iluminen el pensamiento y la acción de todos los colombianos desde la riqueza de la diferencia, la pluralidad de los intereses, la multiplicidad de misiones y visiones, que encarnadas en este grupo de hombres y mujeres que trabajaron generosamente…
Se construye hoy en símbolo de la posibilidad de contar con un proyecto de país en el que quepamos todos, sin exclusiones, un país justo, equitativo y armónico que todos soñamos.
En la última década el escenario en que se desenvolvían los movimientos sociales a nivel nacional e internacional ha cambiado, la fisionomía estructural y los valores y concepciones que guiaron las el funcionamiento de las organizaciones décadas atrás, además del replanteamiento de la idea de empresa, la consolidación de organizaciones que, asumieron los contornos de la nueva organización, se dan los valores y objetivos de la clásica empresa lucrativa, para alcanzar finalidades en el ámbito del desarrollo social, en el área de la gerencia no tradicional, así como de los cambios prácticos en la manera de abordar el fenómeno organizativo desde la perspectiva de actores no esencialmente empresariales o gubernamentales.
Por otro lado, el neoliberalismo, no como una mera doctrina económica sino como una estrategia para la renovación del mundo capitalista, se extendió rápidamente en la década del 80 y ganó gran influencia en América Latina y el Ecuador, este pretendía reducir al máximo la intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y la economía creciente de un país, con el fin de obtener beneficios de intereses políticos más que a la economía de mercado.
Los programas de ajuste impuestos desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han empobrecido rápidamente a la población. La extensión del desempleo y subempleo y la agudización de los conflictos sociales como la delincuencia, la violencia, la mendicidad, el trabajo prematuro de los niños, constituyen las manifestaciones más evidentes del "ajuste". Grandes sectores de la población carecen de servicios básicos como agua potable y alcantarillado, no disponen de viviendas adecuadas y sufren los efectos de un medio ambiente cada vez deteriorado.
La comunicación en el área de la globalización es el factor que determina hasta qué punto se ha globalizado la economía, gracias a los acelerados adelantos técnicos y científicos, y al desarrollo de la comunicación.se ha impuesto la apertura de los mercados y los países han promovido tratados de libre comercio y la conformación de bloques económicos. En este proceso las empresas han ampliado sus mercados y han introducido nuevas formas de organización de la producción, imponiendo la automatización y la tecnificación. La mano de obra no calificada es arrojada a la desocupación; las empresas ahora requieren de técnicos de alto nivel que manejen el conocimiento, el diseño y la información.

Al igual que va cambiando nuestras vidas con el paso del tiempo, se va reduciendo el uso del tiempo libre y van cambiando todos factores que conforman la sociedad. Las organizaciones, la educación y la política, registran grandes y evidentes cambios provocados por el impacto de la comunicación. El incremento de las nuevas tecnologías ha convertido a nuestro planeta en un vecindario global, de mercados capitalistas, haciendo que los países sean cada vez más interdependientes, pero a su vez también permite le surgimiento de una comunicación mas fluida entre las organizaciones y construir una sociedad civil ha escala mundial.
La organización del neoliberalismo se caracteriza por ser un movimiento social en el intento colectivo de introducir cambios en la sociedad y de crear un orden social distinto, creando un sentido de lo étnico que puede o no transformarse en un sentido global para la sociedad. El neoliberalismo puso en marcha una estrategia de desorientación que tiene tres componentes fundamentales:
a) La atomización de la sociedad en grupos con escasa capacidad de poder.
b) La orientación de esos grupos hacia fines exclusivos y parciales, que no susciten adhesión.
En las décadas del 70 y del 80, el movimiento sindical cumplió un papel hegemónico en el movimiento popular. y una notable desmovilización de los trabajadores, en razón de la crisis económica, de la amenaza del desempleo y de la ofensiva patronal, pero también en razón de la evolución de las mentalidades.
De acuerdo a las concepciones predominantes en la época, la vanguardia indiscutible del proceso de cambio era la clase obrera. Todos los demás sectores eran considerados como subordinados y secundarios, cuyas aspiraciones se lograrían luego de que triunfe la revolución y se construya el social
Como telón de fondo de la crisis sindical se encuentra el cambio en el modelo económico. En efecto, en los últimos quince años, el país ha transitado de un modelo protegido de industrialización sustitutiva de exportaciones hacia un modelo de apertura internacional y fomento de las exportaciones, en donde la orientación central es el pago de la deuda externa.
En esta última década los movimientos sociales, han vivido una dispersión muy fuerte, y por eso las ideas neoliberales han tenido éxito. Como cada quien defiende su parte, y no lucha por un objetivo más global. No cambian las ideas propuestas para detener al modelo neoliberal de una manera más efectiva.